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Los ascensores en función de su tamaño y su uso pueden
incorporar distintos tipos de puertas, que pueden ser automáticas o
manuales.
Las puertas manuales, abaratan bastante tanto el coste del
ascensor como de la instalación del mismo y su posterior mantenimiento,
son puertas más incómodas aunque en muchos casos transmiten más seguridad
a los usuarios que tienen especial fobia a los ascensores, pues las
encuentran más sencillas de abrir y sienten un control sobre las mismas
que les propicia más tranquilidad.
Las puertas automáticas, son las más demandadas y estamos
acostumbrados a verlas en grandes ascensores de centros comerciales y
hospitales, aunque ya se instalan también de forma habitual en viviendas,
las cuales se abren y cierran de forma autónoma mediante sensores de
movimiento.
Otro gran problema que tienen los miembros de los equipos de
emergencia cuando acuden a rescatar a alguien de un ascensor, es el de
las llaves de puertas, que no está, estandarizadas; o sea, que los
fabricantes hacen un tipo de llave arbitraria, pero sin pensar en los que
la tienen que utilizar.
En nuestra vida
cotidiana cuando estamos descansando, el cuerpo está relajado y como
norma general, no está sujeto a tensiones o estrés.
En el mundo de los
ascensores sucede exactamente lo mismo, y concretamente, con las puertas
manuales, que es el tema sobre el que está centrado este Manual.
